El trastorno bipolar, conocido también como enfermedad maníaco-depresiva, es una grave enfermedad psiquiátrica, que se manifiesta en bruscos cambios de ánimo y que también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento del individuo.
Todas las personas experimentan altibajos en los estados de ánimo, pero en el caso del trastorno bipolar estos cambios son más fuertes y comportan graves consecuencias en las relaciones interpersonales y dificultan la vida laboral y social, llegando incluso a ser peligrosos pues pueden llevar a la autolesión y al suicidio. Un tratamiento adecuado puede compensarles y aportar equilibrio a su vida.
Con frecuencia, el trastorno bipolar da inicio al final de la adolescencia o principio de la edad adulta, aunque los niños y los adultos también pueden sufrir esta enfermedad que generalmente es crónica.
Quienes sufren un trastorno bipolar pueden tener episodios de manía, depresivos, o mixtos. Los llamados episodios mixto comportan síntomas maníacos y depresivos. Se trata de episodios intensos del estado de ánimo que provocan síntomas de duración variable y con una manifestación diaria y que ocupa la mayor parte del día. Estas emociones se acompañan de cambios extremos en el comportamiento y la energía.
Quienes sufren un episodio maníaco pueden sentirse muy alegres o animados, muy nerviosos o alterados/ansiosos; a veces no pueden parar de hablar muy rápido de muchas cosas distintas; pueden mostrarse inquietos, irritados, o sensibles; puede ocurrir que no se puedan relajar o dormir; pueden sentirse omnipotentes y estar más activos de lo común; o pueden cometer actos atrevidos, como gastar mucho dinero o sufrir erotomanía.
Por el contrario, quienes padecen un episodio depresivo se sienten muy tristes, preocupados y vacíos, tienen dificultad para concentrarse, pierden el interés en actividades divertidas, se sienten cansados o sin energía, acostumbran a tener dificultad para dormir, o pueden tener pensamientos de muerte o suicidio.
Las causas del trastorno bipolar no siempre son claras, por lo que no es posible prevenir esta enfermedad.
A veces, quienes sufren estos episodios anímicos muy intensos pueden tener también síntomas psicóticos, que incluyen alucinaciones y delirios.
Estos episodios anímicos del trastorno bipolar pueden venir acompañados de problemas de comportamiento, como las adicciones . Algunas personas que sufren del trastorno bipolar también tienen problemas para mantener un empleo o desempeñarse bien en los estudios.
A veces, es difícil diagnosticar el trastorno bipolar porque algunos de sus síntomas pueden asemejarse a otro tipo de problemas, como la esquizofrenia, la depresión, el abuso de sustancias o los trastornos de ansiedad, entre otros.
Aunque el trastorno bipolar no es curable, un tratamiento continuado puede ayudar a controlar los síntomas.
El tratamiento puede incluir distintos tipos de medicamentos, distintas clases de psicoterapia o la terapia electroconvulsiva.