Cada una de las drogas adictivas requiere un grado y un tipo diferentes de reglamentación. Una política razonable para cada una de ellas se situará en algún punto entre la legalización y la prohibición total. Algunas de las drogas necesitan una regulación más estrecha, otras una disminución de prohibiciones, y algunas no precisan un cambio importante de estrategia. Las políticas deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a las condiciones cambiantes. Por lo tanto, las políticas sobre drogas tendrán que ser constantemente revisadas.
La nicotina es una poderosa y peligrosa droga adictiva que es muy fácil de adquirir a un precio demasiado bajo y que, consecuentemente, provoca un daño enorme a los individuos y a la sociedad. El peligro de la adicción a la nicotina para la salud pública consiste en las enfermedades crónicas, en la muerte causada por fumar, en el daño al feto, en los adictos al tabaco y en los efectos para la salud de los fumadores pasivos. En un mundo ideal, los productos de tabaco deberían prohibirse por completo, no ser manufacturados ni vendidos. Posiblemente, si hace un siglo se hubiese conocido el coste para la salud del tabaco, la prohibición total de productos de nicotina podría haber salvado millones de vidas. Sin embargo, establecer la prohibición ahora, cuando millones de personas ya son adictas, acarrearía nuevos costes.
Desde la perspectiva de la reducción de daños, se pueden realizar pasos que serían efectivos. Habría varios tipos de acciones:
- Hace más difícil para los menores la obtención de los cigarrillos. Numerosos países disponen de leyes que prohíben la venta a menores, pero no se cumplen. Prohibir las maquinas expendedoras de cigarrillos tendría también un impacto positivo.
- Aumentar los impuestos en los productos del tabaco para reducir el consumo, pero sin subirlo demasiado para no generar un mercado negro significativo, y destinar exclusivamente los impuestos generados a la educación de la prevención, el tratamiento a los fumadores empedernidos y a la investigación en la adicción a la nicotina.
- Continuar estableciendo nuevas regulaciones restrictivas sobre dónde y cuándo se permite fumar. Como el número de adictos a la nicotina decrece, tales restricciones serán progresivamente aceptadas y reclamadas por la mayoría. Los ciudadanos pueden tener un papel constructivo ayudando a crear un clima antitabaco en su propia comunidad.