Clínicas CITA, centro para el tratamiento de las adicciones: Cocaína camuflada

Los cocineros de coca de los carteles de narcotráfico son expertos es descubrir nuevos modos de camuflar el producto para su exportación. Una fórmula novedosa es colorear de negro la cocaína, quitándole su blancura, modificarle la textura y anular su olor a acetona para que los perros policía no la olfateen. Hace unos días, una tonelada de coca negra llegó al aeropuerto de México, aunque la policía lo descubrió.

La cocaína procedía de Bogotá, Colombia, uno de los principales países productores de cocaína en Sudamérica y el mayor laboratorio para disimular esta sustancia. El envío llegó a la aduana en sacos de 25 kilos identificados como óxido de zinc. La policía lo intervino y efectuó pruebas químicas: positivo en clorhidrato de cocaína y cocaína base.

La cocaína negra suele tener un aspecto parecido al caucho. Para elaborarla, se usan sulfatos o cloruros ferrosos, sales minerales y otros elementos que le dan el color oscuro y le quitan el olor. Por lo general, resulta complicado detectar las trazas del alcaloide con pruebas químicas, y gracias a la consistencia gomosa que se consigue, se puede elaborar en láminas compactas indistinguibles de los fondos de las maletas, aunque en el caso de este cargamento venía simulando una materia prima. Cuando la coca negra llega a su destino, los cocineros le devuelven su color blanco y la sacan al mercado con su color habitual.

El valor del tráfico internacional de cocaína ha sido actualmente estimado, por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen, en unos 70.000 millones de dólares.

 

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