De aquellos polvos, estos lodos.
En el centro de tratamiento de adicciones CITA queremos destacar una notícia del diario El País que cuenta en su edición del domingo día 1 de marzo la dramática historia de una pareja, Gabriela González y Fernando Amador, que en julio de 2010 fue detenida y juzgada porque la policía confundió un producto homeopático que habían recibido de Uruguay con heroína en polvo. El resultado: una detención, interrogatorios y una imputación por contrabando y tráfico de drogas. Pero las consecuencias negativas fueron más allá de la injusta presión policial y judicial, ya que provocó problemas con la familia, depresión y insomnio.
Ahora, una sentencia de la Audiencia Nacional condena al Ministerio de Justicia a pagarles 10.000 euros por daños al honor.
El Servicio de Vigilancia Aduanera de Motril (Granada) fue el que confundió un paquete de polvo homeopático con 220 gramos de heroína. El primer narcotest determinó que aquel producto era heroína y no un producto alternativo enviado desde Uruguay para tratar una afección de Gabriela: la mielitis.
Ahora, la indemnización recibida parece una pobre compensación a la pesadilla sufrida ya que sólo permite cubrir los cinco años de abogados y recursos que ha durado la odisea judicial y, aunque supone un triunfo moral, no parece suficiente para compensar tan larga pesadilla. Lo que el matrimonio reclamaba en su demanda era una compensación de 200.000 euros y una disculpa.
El fallo también reconoce la negligencia que supone que la sustancia tardara tres meses en ser analizada de modo fiable en un laboratorio, donde finalmente se descartó que se tratase de heroína, ya que los polvos de la discordia estuvieron almacenados en las dependencias aduaneras de Málaga durante todo el verano