Se llama alucinógenos a aquellas drogas que, en dosis no tóxicas, causan alteraciones radicales en la percepción de la realidad. Bajo su influencia, las personas ven imágenes, oyen sonidos y sienten sensaciones muy distintas a las de la realidad común.
Algunos alucinógenos también provocan variaciones emocionales rápidas e intensas. Y en sus efectos indeseados, pueden producir confusión mental, pérdida de memoria o desorientación.
Los efectos de los alucinógenos son muy variables, dependiendo tanto de la dosis como de las expectativas del sujeto y del ambiente que le rodea durante la experiencia.
Algunos alucinógenos
- El LSD (la dietilamida del ácido lisérgico)
- La mescalina
- La psilocibina
- La ibogaína
- La salvia divinorum
- El peyote, etc…
Efectos en la intoxicación aguda
Normalmente los intoxicados precisan ayuda por causa de una crisis de pánico y de la angustia, asociadas a la confusión mental, las alucinaciones visuales y auditivas, los riesgos de conductas agresivas y de pérdida de control y el peligro de suicidio.
Distintos nombres para nombrar a las sustancias alucinógenas
Existe una gran cantidad de nombres para referirse este tipo de drogas:
- Alucinógenos
- Enteógenos
- Psicodélicos
- Drogas visionarias
- Drogas de poder, etc…
¿Son los alucinógenos el camino para una experiencia espiritual?
Una grupo de población asocia las drogas visionarias con una experiencia de tipo espiritual o religiosa, inspirados por culturas donde el uso de este tipo de drogas está integrado en un contexto chamánico.
Dada la peligrosidad que presenta su uso recreativo, no es recomendable el consumo de ningún tipo de estas drogas. Y a aquellos consumidores habituales, les aconsejamos busquen consejo terapéutico para dejar los alucinógenos.