Esta semana he cumplido 50 años. Y esto, dadas las circunstancias, ha sido bastante positivo. El hecho de estar internado buscando la curación me da esperanza en el futuro.
Uno de los temas que he tratado esta semana es las necesidades con mi pareja. Seguiremos tratándolo la semana que viene.
He hablado con Santi, Fernando y Mari Carmen sobre el trabajo y cómo me lo tomo. Me han dicho que busco el ideal de un trabajo perfecto y que esto es imposible. Según Santi, hay que buscar el ideal sabiendo que no se va a lograr. Según Mari Carmen, eso lo traslado a todos los órdenes de mi vida; busco la perfección en todo y eso no existe. Hay que buscar un 8 y conformarse con un 7. Fernando ha corroborado todo lo que decían sus compañeros.
Esta semana, Andrea me ha dado un par de textos que tienen que ver con aprender a amar.
Por su parte, Mía nos habló del consumo y dijo algo interesante: es más fácil no beber nada que beber un poquito. Los alcohólicos no tenemos la capacidad de beber con moderación. Éste es un problema de las adicciones en general.
Por lo demás, ha sido una semana de celebración, aunque el viernes se fueron varios compañeros y la clínica tiene ahora para mí un aire solitario. Ayer sábado, ingresó un nuevo paciente. Es francés y vive en Barcelona. Tiene también problemas de alcohol. Hoy está con un tembleque tan terrible que da pena verlo, pero me siento identificado con él, me veo reflejado en él. No hace mucho tiempo yo estaba como él. Y el verle me tiene que servir de ejemplo para no recaer.
Esta semana he empezado a sentir la necesidad de acabar el tratamiento. Tengo que volver a la vida normal, volver a trabajar, etc.. Tendría que hablar con Fernando sobre mi salida de CITA. A mí me gustaría estar aquí hasta fin de mes. Mi futuro familiar es incierto, pero no me da miedo. Lo importante es salir de aquí curado y reforzado para ser capaz de enfrentar lo que sea.