Clínicas CITA, centro para el tratamiento de la adicción: ¿Podemos mejorar nuestra conducta ante la frustración?

La frustración es la impresión que sentimos cuando la realidad desmiente la esperanza o la confianza que habíamos despertado en una persona o un proyecto. Cuando nuestra actitud ante el futuro no se ha limitado a desear o prever sino que se ha concretado en un esfuerzo, aparece la frustración, que suele estar teñida de impotencia.

La frustración es el estado emocional que vivimos cuando un obstáculo interfiere en nuestro camino de búsqueda de un objetivo. El objetivo es algo que necesitamos, deseamos o esperamos: un trabajo, un proyecto importante, una expectativa sobre una persona, algo que nos ilusiona.

El obstáculo es similar a una especie de muro que bloquea la ruta por la cual hemos decidido andar. Cuando esto sucede, podemos sentir desconcierto o desorientación y preguntarnos por qué ha aparecido el obstáculo y quién es el responsable. A veces, nos enfadamos, sentimos ira, despecho, nos rebelamos, protestamos, nos impacientamos e intentamos eliminar el obstáculo. Si a pesar de todo no lo conseguimos, sentimos impotencia y pensamos que la situación es injusta, que no tiene sentido, nos decimos que hemos tenido mala suerte o que los otros son malas personas, al mismo tiempo que nos irritamos más. Si el que nos ha puesto el obstáculo es otra persona, o si el obstáculo es la persona misma, la maldecimos o agredimos. Aunque podamos desplegar todo este catálogo de conductas, con frecuencia el obstáculo sigue allí, taponando nuestro camino hacia el objetivo.

Pero podemos mejorar nuestra respuesta ante la frustración, porque no somos responsables de lo que sentimos pero sí que lo somos de aquello que hacemos con lo que sentimos.

Ninguna vida está exenta de frustración. Nadie puede protegerse ni proteger a otra persona de este sentimiento. Por esto, es mejor saberla gestionar que evitarla o responder con agresividad ante ella.

La frustración es consecuencia, en buena parte, de la libertad de los otros y de su poder de elegir. El otro puede ser una fuente constante de frustración si nosotros funcionamos con esquemas cerrados, demasiado rígidos, o con un exceso de expectativas sobre el mundo y lo que otras personas han de ser o han de darnos. No podemos controlarlo todo. Los otros tienen derecho a decir no y de elegir posiciones diferentes a las nuestras.

Durante el transcurso de nuestra vida, nos encontraremos ante situaciones que nunca hubiésemos elegido, lo que nos obliga a cambiar de planes. Es natural que esto no nos guste y en nuestro interior se generan muchas emociones que no nos gustan y que a veces nos mueven a poner en juego conductas poco inteligentes. Pero el aprendizaje de la frustración es el aprendizaje de la pérdida. La frustración siempre nos provoca caos emocional porque nos encara directamente con algo que tememos: la pérdida en todas sus formas. Queremos mucho de los demás y de la vida, pero en algún momento recibimos un No. Entonces, nos sentimos rechazados, desvalorizados. Y el nivel de frustración será mayor cuanto mayor sea el valor otorgado al objeto deseado, la dimensión del deseo o el esfuerzo hecho para conseguirlo. Al encontrar el No en el camino, sentimos que hemos perdido algo que aún no hemos obtenido. Y esto es frustrante.

Cuando nos sentimos frustrados, podemos optar por diferentes conductas: renunciar de inmediato a luchar por nuestros objetivos (resignación); intentar apartar el obstáculo mediante conductas agresivas; seguir con la idea del mismo objetivo pero cambiando de estrategia; y también volver a valorar si la elección del objetivo ha sido inteligente y hemos tenido en cuenta nuestra capacidad de recursos personales para tener acceso a lo que deseamos.

Quizás nos tendremos que dar un período de preparación antes de volverlo a intentar o bien decidir cambiar de objetivo. Si no podemos elegir aquello que nos toca vivir, siempre podemos escoger nuestra conducta frente a aquello que nos sucede.

Dado que todos vamos a sufrir frustraciones, ¿por qué no intentamos que la respuesta que demos sea la que mejor favorezca nuestra adaptación positiva al mundo en lugar de aquella que nos hunde y deteriora nuestras relaciones?

Y esto no es algo que se pueda improvisar. Podemos tratar de trabajar algunas competencias emocionales, que son los antídotos contra las conductas agresivas: cultivar la paciencia, poner especial atención en esperar, desarrollar nuestra capacidad de renunciar, aprender a canalizar la ira, reflexionar sobre la asertividad, abrir nuevas estrategias de negociación y de pacto, pensar en formular planes alternativos, abrirse a la posibilidad de que nos sucedan cosas inesperadas y adoptar estilos de pensamiento y de conductas más flexibles y, por tanto, más adaptables delante de los cambios. De esta manera, podremos ser capaces de gestionar las situaciones de crisis y de caos emocional sin enfermar y sin recurrir a conductas violentas.

¿Preferimos ser personas luchadoras o personas que nos hundimos al primer contratiempo? ¿Preferimos ser capaces de comprometernos y de perseverar en los proyectos que emprendemos a pesar de las dificultades o personas que faltan a sus compromisos y dimiten a la primera dificultad? ¿Preferimos tener voluntad o seguir siendo dependientes y fáciles de influenciar?

 

No siempre podemos obtener aquello que queremos. Desdramatizar el tema del fracaso es importante porque es un freno para muchas personas. ¿Qué significa fracasar? Puede que el único fracaso sea el no haberlo intentado. De hecho, en muchos casos no es tan importante el objetivo final como la persona en la que nos vamos convirtiendo al luchar para conseguir un objetivo, lo consigamos o no. Aprender es cambiar. Hasta de una situación frustrante podemos extraer un aprendizaje importante. Vivimos en una sociedad demasiado centrada en los objetivos y poco atenta a los procesos. Como en un viaje, puede ser interesante empezar a valorar más el trayecto, los procesos, y disfrutar del camino.

 

Scroll al inicio
Este sitio web utiliza cookies que ayudan al funcionamiento del sitio web y para rastrear cómo interactúa con él para que podamos brindarle una experiencia de usuario mejorada y personalizada. Solo usaremos las cookies si usted lo acepta haciendo clic en Aceptar    Más información
Privacidad