Riesgos del consumo de cannabis

Tratamiento desintoxicación cannabis

La cannabis sativa es una planta con cuya resina, hojas y flores se elabora la sustancia psicoactiva conocida como THC (tetrahidrocannabinol). Los dos derivados fundamentales del cannabis son el hachís y la marihuana.

El hachís se elabora a partir de las flores de la planta hembra, prensada en forma de una pasta compacta, de color marrón, cuyo aspecto recuerda al chocolate. Su concentración de THC es superior a la de la marihuana; por tanto, su toxicidad potencial también es más elevada. La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en u cigarrillo liado con tabaco.

Como en el caso de la mayoría de las drogas de origen botánico, el cannabis ha acompañado a la humanidad desde tiempo inmemorial, con fines religiosos y medicinales, además de lúdicos.

El cannabis, al fumarse, llega rápidamente al cerebro. Pocos minutos después de aspirar el humo comienzan a apreciarse los efectos, que pueden durar entre dos y tres horas.

En una primera fase, el porro provoca excitación y euforia. Quien lo consume se vuelve más locuaz y se ríe con facilidad. Después viene la fase de relajación, la sensación de que el tiempo pasa lentamente, la somnolencia…

Entre otros efectos fisiológicos del hachís están: el aumento de apetito, la sequedad de boca, los ojos brillantes y enrojecidos. También puede apreciarse taquicardia, somnolencia y descoordinación de movimientos.

Riesgos del consumo de cannabis

  • Tomar diariamente hachís puede ralentizar el funcionamiento psicológico del usuario, entorpeciendo los procesos de aprendizaje, con pérdida de memoria y falta de concentración.
  • Dificulta la coordinación psicomotora, lo que convierte conducir bajo los efectos del hachís en tanto o más peligroso que hacerlo bebido.
  • Puede generar reacciones agudas de pánico y ansiedad.
  • En personas predispuestas, fumar cannabis puede desencadenar trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.
  • Cuando se mezcla hachís con alcohol, sus efectos se multiplican y hay un mayor riesgo de lipotimia.

 

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